Probamos el Tommy Mel’s de Heron City

En el centro de ocio Heron City se montó, hará un año, un restaurante de la franquicia Tommy Mel’s. La hamburguesería tiene sus valores diferenciales en la obvia decoración retro, que te transporta a los 50 americanos, y en una carta basada especialmente en hamburguesas delicatessen. Este artículo la verdad es que está basado en varias visitas, puesto que hemos ido unas cuantas veces, así que puedo dar una opinión fundamentada.

Los camareros son gente joven, que te tratan de tú aunque tengas 100 años, lo que le da ese puntito juvenil que te ofrecen con la decoración y con la carta. Son rápidos, majos, y venden muy bien. Me llama la atención el esmero que ponen a venderte más cosas aparte de lo que pensabas comer. ¿Prefieres la hamburguesa de 250 en lugar de la de 180 gr.? ¿Unas patatas con bacon para acompañar? ¿Quieres vainilla en tu cocacola, que está mucho más buena? ¿Un cocktail para beber en lugar del refresco tradicional? Todas estas son preguntas recurrentes de los eficaces camareros, que en todas las ocasiones hacen que el coste de la comida suba. De hecho, en la franquicia nos confirmaron que el ticket medio es superior a la media de otras franquicias similares.

Una vez te traen la comida, te das cuenta de que está muy buena. En serio. Las hamburguesas están muy buenas, y aunque caras, se disfrutan. Se te hace raro que para lo que cuestan no traigan patatas de acompañamiento, y por eso las tienes que pedir a parte. La Tommy Mels está de vicio, y las patatas con bacon o con queso azul también. De los postres, no perdoneis el pastel de zanahoria, que tiene una cobertura de queso que ya me gustaría tener la receta (si no habeis probado nunca ninguno en algún otro sitio, ya os digo que no sabe a zanahoria…).

Sin embargo, no todo iba a ser bueno. Con diferencia para mi gusto lo peor es el menú que han sacado. Lo probamos la semana pasada y me decepcionó, en primer lugar porque no te lo explican bien. Luego la comida no llega al nivel de la carta. Pedimos un par de ensaladas césar que no estaban mal, simplemente. La hamburguesa cheese burger lunch es sencilla, cierto es que tiene salsa que está buena, pero no está al nivel. Además, la camarera nos vendió el famoso («¿quieres la de 250…?»), piqué y fallé. El pollo «grilled chicken», sin embargo, estaba bueno. Pero lo mismo, sin salir encantados. El café, no me lo ofrecieron, aunque sí los postres (que eran de pago y no me acordaba, pero como no me trajeron de nuevo la carta no me di cuenta), y el apple pie (tarta de manzana) muy simplón, dejado caer encima del plato y ya, y el «mini brownie sundae», para olvidar.

El resumidas cuentas, una muy buena hamburguesería, con una calidad de materia prima quizás un pelín inferior al Hamburguesa Nostra de al lado del Mercadona, pero que suple con una cuidada decoración que te evade de la monotonía y te transporta a «Regreso al futuro».