La ampliación del nuevo intercambiador llega con nueve meses de retraso, pero bien rematada, para 360.000 madrileños.
La nueva macroestación de Moncloa se puso ayer en funcionamiento, aunque sólo al 15% del servicio que prestará cuando se usen todas las líneas previstas (47).
Siete cabeceras, de municipios como Las Rozas, Colmenarejo o El Escorial, estrenaron el nuevo intercambiador, del que se podrán beneficiar 360.000 madrileños todos los días.
Detalle por detalle
Funcionalidad: Sus túneles desahogarán la zona de Moncloa. Evitarán las aglomeraciones al no mezclarse los buses con el tráfico de vehículos. Conecta con las líneas 3 y 6 del metro.
Acabado: Bien rematado. Puertas con indicadores de entrada y salida, suelos con guías en relieve para ayudar a personas con movilidad reducida o letreros en braille. Hay un stand de atención al viajero para solucionar las dudas de los usuarios.
Iluminación: A diferencia de otros intercambiadores, no tiene luz natural.
Entradas: Dos accesos. Uno por la calle Princesa y otro por la calle Isaac Peral, ambos con ascensores y escaleras mecánicas.
Limpieza: Sin olor ni restos de pintura, polvo o suciedad. Se ve mucho personal de mantenimiento pendiente de las instalaciones.
Comodidad: Uno de sus puntos fuertes. Se acabarán los fuertes ruidos que había en las dársenas del antiguo intercambiador y la climatización es buena. Los baños, amplios y bien equipados.
Ya lo ha estrenado
Juan Carlos Hdez. Usuario del bus a Las Rozas:
«Yo soy usuario de la línea que va a Las Rozas, que todavía tiene la dársena en el antiguo intercambiador. La verdad es que es una guarrería, la temperatura, el ruido… está fatal. Espero utilizar pronto el nuevo y que esté mucho mejor que éste».
Vía: 20 Minutos
Más Información: El País